Ingredientes:
5 pimientos morrones rojos grandes
Aceite de oliva virgen
Sal
Elaboración:
Conviene elegir pimientos con la piel tersa y sin arrugas, para que una vez asados, su carne este bien jugosa y tierna.
Pre-calentamos el horno a 220 grados.
Lavamos bien los pimientos bajo el grifo y los secamos con un paño.
Cubrimos con papel de aluminio una bandeja del horno y echamos un chorrito de aceite de oliva virgen sobre cada pimiento, posteriormente embadurnamos con la mano los pimientos extendiendo bien el aceite por toda su superficie.
Echamos un puñado de sal sobre los pimientos e introducimos la bandeja en la mitad del horno, bajamos la temperatura del horno a 180 grados y mantenemos a esa temperatura unos 40-45 minutos.
A mitad de tiempo le damos la vuelta a los pimientos.
Una vez cocinados, sacamos del horno la bandeja y con cuidado metemos los pimientos asados en un tupper grande para que suden y suelten todo el jugo que llevan dentro del envase para luego poder aprovecharlo.
Dejamos que se enfríen y suden tapados durante media hora.
Transcurrido este tiempo, con paciencia iremos quitando, rabos, pepitas y pelando los pimientos.
Una vez pelados, los metemos junto con su jugo en un tuper dentro de la nevera, hasta el momento de disfrutar de ellos.
O bien los conservamos en tarros de cristal sometidos a esterilización.
5 pimientos morrones rojos grandes
Aceite de oliva virgen
Sal
Elaboración:
Conviene elegir pimientos con la piel tersa y sin arrugas, para que una vez asados, su carne este bien jugosa y tierna.
Pre-calentamos el horno a 220 grados.
Lavamos bien los pimientos bajo el grifo y los secamos con un paño.
Cubrimos con papel de aluminio una bandeja del horno y echamos un chorrito de aceite de oliva virgen sobre cada pimiento, posteriormente embadurnamos con la mano los pimientos extendiendo bien el aceite por toda su superficie.
Echamos un puñado de sal sobre los pimientos e introducimos la bandeja en la mitad del horno, bajamos la temperatura del horno a 180 grados y mantenemos a esa temperatura unos 40-45 minutos.
A mitad de tiempo le damos la vuelta a los pimientos.
Una vez cocinados, sacamos del horno la bandeja y con cuidado metemos los pimientos asados en un tupper grande para que suden y suelten todo el jugo que llevan dentro del envase para luego poder aprovecharlo.
Dejamos que se enfríen y suden tapados durante media hora.
Transcurrido este tiempo, con paciencia iremos quitando, rabos, pepitas y pelando los pimientos.
Una vez pelados, los metemos junto con su jugo en un tuper dentro de la nevera, hasta el momento de disfrutar de ellos.
O bien los conservamos en tarros de cristal sometidos a esterilización.
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