Ingredientes
Para 4 personas
- 800 g de espinacas frescas o congeladas
- 800 ml de leche
- 75 g de harina
- 75 g de mantequilla
- 4 huevos (u 8 si se tiene mucha hambre)
- Sal
- Pimienta negra
- Nuez moscada
Instrucciones
Lavar las espinacas y retirar los tallos más leñosos si los tuviera. Cortarlas en trozos grandes.
Colocarlas en una sartén con tapa a fuego bajo y salpimentar. Moverlas pasados un par de minutos y retirarlas una vez estén blandas pero de color verde brillante (¡es muy importante no pasarlas de cocción!). Escurrir bien con la ayuda de un colador y reservar.
En un cazo derretir la mantequilla a fuego medio y añadir la harina. Mezclar de manera constante para evitar que se queme: debe cambiar su color blanquecino a dorado y oler a tostado, de lo contrario la bechamel tendrá sabor a harina cruda.
Una vez esté en ese punto, añadir la leche poco a poco sin dejar de remover. Salpimentar y añadir nuez moscada al gusto.
Cuando haya espesado agregar la espinaca cocida y mezclar.
Llevar agua a ebullición en un cazo y añadir los huevos. Preparar un bol con agua fría y hielo.
Retirar transcurridos cinco minutos e introducir inmediatamente en el agua con hielo. Pelar con cuidado.
Servir las espinacas en platos hondos con los huevos encima cortados por la mitad. Terminar con un poco de sal y pimienta negra recién molida encima del huevo.
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